Los visitantes del espacio

de Giorgio Dibitonto

“La Biblia y los ovnis”, (capítulo 10, “Los platillos voladores volverán” . Ed. Mediterranee- Roma), redactado por George Adamski, me parece el escrito más significativo, el que sintetiza y capta el corazón de toda su multiforme experiencia en la clave del contactismo espiritual. Este escrito suyo es el verdadero antecedente para la compresión de “Ángeles en astronave”.

Los testigos y la causística del más auténtico contactismo espiritual no contradicen la Biblia y los libros Sagrados de las antiguas tradiciones religiosas, más bien reflejan las narraciones y las descripciones, afirmando la veracidad y no mezclan desde luego, como puede parecer a un enfoque superficial y mal informado, lo sagrado con lo profano. No es mi intención aquí entrar en la cuestión de las diferentes interpretaciones y posiciones adoptadas por muchos por lo que respecta a como se define la ufología espiritual. Quiero sólo empezar a tomar algunas ideas de este precioso capítulo de George Adamski y hacer simples comentarios.

Adamski escribe: “Una cuidada investigación realizada sobre la Biblia saca a la luz bastantes testimonios sobre los visitantes del Espacio. Un ministro del culto me ha confiado de hecho que ha encontrado más de trescientas cincuenta referencias similares. No solamente nuestra Biblia sino también otras fuentes importantes de la antigüedad hacen referencia a la venida a la Tierra de visitantes extraterrestres. La mayor parte de los que me escribieron preguntándome por qué esos no fueron mencionados estaban simplemente desinformados sobre los testimonios reales. Como es esta mi convicción trataré ahora de demostrar cómo a los visitantes espaciales se les mencione ampliamente en la Biblia y cómo fuera una práctica normal ofrecer ayuda y guía a las gentes del mundo antiguo, tentativo que ellos están repitiendo hoy”.

Para acercarse a esta materia, el lector incluso el más perdido, no se tiene que dejar impresionar por la terminología ufológica para ir a la sustancia de las cosas mencionadas. Si aquellos que hemos llamado siempre ángeles proceden de mundos y dimensiones más allá del planeta Tierra, ¿ por qué no llamarlos extraterrestres?.

Se ha escrito y dicho mucho sobre algunas afirmaciones de Adamski científicamente inexactas. La Luna y Venus no están habitadas. Escribiré más adelante algunas opiniones mías a propósito pero no creo que sean sólo opiniones mías, como ya diré. Trataré de demostrar que estas afirmaciones suyas hay que evaluarlas bajo algunos aspectos que considero no han sido suficientemente explorados por sus detractores. Sus inexactitudes científicas no desvirtúan la validez de la esencia de su testimonio visto que él es un contactado y no un científico.

Quiero iniciar a hora por los temas esenciales del mensaje, al cual él ha unido los hechos narrados por él mismo. Nadie puede negar que nuestro planeta ha sido visitado desde hace mucho tiempo por personas venidas de lejos, sin invalidar no sólo el relato bíblico sino también otros textos autorizados y antiguos como los de los Veda. Hoy existe una rica, seria y atenta literatura que pone de relieve tales testimonios antiguos e incluso recientes. El mismo Adamski dedicó una búsqueda fidedigna y nos ha dejado escrito no poco al respecto.

Los relatos de todas las épocas de estos visitantes celestes, como dice Adamski, de hecho han tratado de ayudar a los hombres dando enseñanzas y una guía. Me parece justo que G. Adamski como cristiano haya querido citar sobre todo a Jesús y recuperar algunas afirmaciones suyas que forman parte del Evangelio. Jesús dice: ”En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a preparaos un lugar” (Juan: 14, 2).

El autor hace ver que si hay muchas moradas, es decir, muchos mundos, ciertamente hay muchos habitantes. En el versículo siguiente (Juan: 14, 3), Jesús añade:” Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo para que donde estoy yo estéis también vosotros”.

En Juan (8, 23) encontramos de nuevo las palabras de Jesús: “Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo”. El contactado comenta diciendo que todos los habitantes de aquellos mundos o extraterrestres que han venido a visitar la Tierra, han sido siempre considerados ángeles. Jesús mismo procede de otro sitio, como estos visitantes proceden de otro sitio, siendo muchos los mundos y las moradas de la casa del Padre. La Biblia nos enseña que Él es el primogénito de muchos hermanos y que un día muchos de nosotros podrán convertirse símiles a él (Romanos: 8, 29).

Hay otros argumentos de la “Biblia y los ovnis” que merecen ser considerados: “La descripción bíblica de los ángeles es clarísima. Su aspecto coincide en todo y por todo con el de los terrestres. Ellos son símiles a nosotros excepto por el hecho que no han tenido la caída original. Una indicación precisa sobre su aspecto la podemos encontrar en la Carta a los Hebreos donde leemos que es posible entretenerse con ellos sin darnos cuenta que son ángeles”.

De hecho, Pablo, ha escrito:” Continuad a amaros como hermanos. No olvidéis de acoger de buen grado quien viene a vosotros. Por ello algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles” (Hebreos: 13, 2).

En “Ángeles en astronave”, he recogido algunas enseñanzas y revelaciones de los Hermanos venidos del espacio. Ellos nos explicaron que algunos de ellos son ángeles puros espíritus y que tienen la capacidad de tomar un cuerpo provisional para realizar algunas visitas y misiones entre los hombres de la Tierra. Otros como Enoch y Elías fueron llevados con su cuerpo y pueden volver a la Tierra por motivos de misión. Todo esto concuerda con la Biblia, y es además verdad que las descripciones bíblicas de los ángeles muestran siempre una figura corpórea como la nuestra.

George Adamski, a través también de algunas informaciones suyas y descripciones que son seguramente pseudocientíficas, testimonia su experiencia física, astral y espiritual y cuenta y da argumentos en esta clave. Quien no entiende o no recibe esta interpretación no podrá nunca aceptar por verdadero este contactado y tampoco entenderá la esencia de la más auténtica ufología espiritualista. Por estas y otras razones que explicaré más adelante, George Adamski no puede con razón ser liquidado como un charlatán puesto que iríamos a tachar de charlatanería a los hechos contados desde siempre en los Textos Sagrados más respetados que tienen abundancia de estos testimonios y de toda una seria literatura espiritual mundial y esotérica incluso actual. En la historia de la espiritualidad y de las apariciones en forma mística, hechas incluso de luz e intangibles, G. Adamski y “Ángeles en astronave” tienen un sitio, pero testimonian sobre todo hechos similares a los de la Biblia donde las manifestaciones de aquellos que han venido a nosotros de otros lugares se han producido de forma tangible. Esta forma es precisamente parte del contactismo espiritualista. Del resto ¿No hizo Jesús la misma cosa con los suyos después de la resurrección?. Él dijo a Tomás: “Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seás incrédulo, sino creyente”. (Juan: 20, 27).

Para leer y comprender estos hechos que hacen encontrar y unir el Cielo y la Tierra, nuestro mundo a otros mundos, es necesario abrirse a vías espaciosas e idóneas. Sabemos ya que no existe sólo la dimensión material y ni siquiera solo aquella totalmente espiritual. Ahora también la ciencia indaga varias realidades energético vitales dando en la sustancia razón a los Textos Sagrados de cualquier tiempo y a la fe. Sobre esta vía moveré mis argumentos sucesivos en esta página web. Agradezco a todos los que colaboran en la redacción de la página web y a quien la querrá visitar desde cualquier punto de vista.